lunes, 21 de enero de 2008

¡Maldita seas, Constance! ¿Por qué has tenido que decirle nada? ¿Qué sabía lo nuestro? Que iba a saber... si ni siquiera tenía idea de que te conociera. Su mente inventa historias sobre todo el mundo y luego las mezcla con su propio devenir cotidiano. Que algunas veces acierte no quiere decir nada.
¡Has mordido el anzuelo! Seguro que se debió quedar de piedra cuando se lo confirmaste. Claro que el muy zorro habrá disimulado, y tú venga a soltarte con él... ¿Dónde queda la intuición femenina? Espero que hayan rejas en las ventanas porque si no auguro una desgracia... ¡No lo dejes ni un momento!

Escucha negra. Fíjate bien en lo que te digo. Mucho cuidado con mostrarte compasiva. Tanto me da que seas su prima. Yo lo conozco mucho mejor que tú y sé lo que puede suceder si te relajas y te dejas llevar por sensiblerías. Se agarrará a ti y no te soltará hasta que te hundas con él. Te aviso para que no bajes la guardia. Quiero a ese imbecil tanto como tú, pero lo veo tal como es, sin florituas. No necesito una linterna para ver en su interior el gusano que le roe el alma. Sus tinieblas me son conocidas...

Después de esto ni se te ocurra mencionarle lo de Stan. ¡Espero que no lo hayas hecho! Ya encontraré uno con los mismos colores que lo sustituya. No creo que ese pobre infeliz note la diferencia, si ni siquiera sabía que en lugar de un macho tenía una hembra...

Cariño, no te sientas mal por lo que te he dicho. Pero tenía que advertirte sobre King. Con él hay que ir con pies de plomo. Un paso en falso y... En fin, sé que tendrás en cuenta lo que te digo y no voy a insistir. Te echo de menos.

Un beso enorme.

Buddy



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