jueves, 24 de enero de 2008

King, cuando te dejas llevar por la rabia resultas patético. Aunque, la verdad, casi prefiero verte enfadado que convertido en el ser lloriqueante y autocompasivo al que has venido a derivar en los últimos tiempos.

En serio que no sé que sacas con calumniar a Constance. No me importa que cargues contra mí. ¿Pero ella que culpa tiene? Y con todo lo que ha hecho por ti, como tú mismo has reconocido... ¿Crees realmente que me importa si te has acostado con ella? A fin de cuentas tú la conocías antes que yo. Pero sobre lo de juzgarla en la cama (con tus perennes problemas de eyaculación...) no sé que decirte...

Tampoco me creo lo de la morfina. Si realmente tuvieras esa intención, ¿para que demonios me lo ibas a decir a mí? Constance no tardaría en enterarse ya que estamos en estrecho contacto.

Y respecto a la enfermera, deseo con toda el alma que sea cierto. Al menos tendrías algo en que matar el tiempo y que te mantendría alejado de tus ideas suicidas... (No estaría de más que asistieras a alguno de los talleres terapeúticos que organiza el centro, ya que te niegas a dejarte psicoanalizar, según me cuenta tu prima).

Créeme que tanto Constance como yo deseamos que te pongas bien lo antes posible. Pon algo de tu parte y el plazo será más corto.

¿Te he hablado ya de Karl? Ha sido una suerte que aceptara ser nuestro bajista durante tu ausencia. Es un tipo genial y con grandes ideas. Los locales parecen más animados a contratarnos desde que está él. Y el público hasta nos aplaude. Pero no quiero que pienses que estamos prescindiendo de ti. Es sólo temporal, hasta que te recuperes.

Un abrazo y no me odies. Sabes de sobra que eres mi mejor amigo.

Buddy.


No hay comentarios: