sábado, 26 de julio de 2008

Parados junto a un cactus, al borde de la carretera que lleva a Tucson


"Yo no pienso ir a Tucson porque es una ciudad muy aburrida. Me voy con mamita a Chicago...". Menuda nenaza estás hecho. ¿Y qué es todo ese rollo que soltáis sobre una china? Si tanto os gustaban las chinas Karl os las hubiera proporcionado a pares. La verdad es que cuanto más tiempo pasa más os parecéis a un par de viejos mariquitas que han perdido el rumbo.

¿Te quieres ir? Pues lárgate. ¿Qué te lo impide? Quieres llevarte a esa furcia, hazlo. Verás como te la pega en cuanto te des la vuelta. ¿O qué te crees que ha desyunado tu niña esta mañana? Tenías que haberla visto como le daba a mi biberón.... ¡Jua, Jua Jua! Y no te creas que lo soltaba, no. Me ha dejado seco y aún quería repetir.

Hija de predicador, esas son las peores. Si lo sabré yo. Entre la moral hipócrita de su viejo y el deseo que las tritura por dentro su mente acaba podrida por el vicio. Son una falsa fachada de inocencia bajo la que anidan todas las pervesiones. ¡Ándate con ojo! Sara ni es tonta, ni es ingenua. Más te valdría dormir con un áspid.

Además, que es todo ese rollo de Chicago. Ella se subió a nuestro coche porque quería que la llevaramos a California que es adonde tenemos previsto ir. Coincidían nuestros destinos. Pero resulta que, de pronto, se acuerda de que tiene un hermano y quiere ir en su rescate. Venga ya. No me lo creo. Si hay alguien en Chicago esperándola seguro que no es su hermano. Es más, dudo de que tenga hermanos.

Pero como eres el tío más pardillo del planeta cualquier tía que aparezca y te haga un simple gesto te lo tomas como si fuera una declaración de amor y te crees obligado a casarte con ella.

Aunque reconozco que tienes razón en una cosa 'King of the losers'. Ni aquí ni en ninguna parte pintas absolutamente nada. De haber continuado Karl con nosotros tú no tendrías nada que hacer. Te mantienes por la cabezonería de Buddy, otro mediocre. Si vas a Chicago es posible que sea tu última estación. Cuando Sara te haya dejado acabarás en la calle tirado como un mendigo. Y un invierno más crudo de lo normal te encontrarán tieso entre los cubos de basura con una botella de ginebra en el bolsillo.


¡Oh, el negrito se ofende! Mis frases te escuecen más que un palo por el culo, ¿eh? ¡Jua!, ¡Jua! ¡Jua! ¡Juaa!...
LIONEL

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