viernes, 28 de diciembre de 2007

¡Ey! ¡Ey! ¡Ey! Tranquilo King. ¿Qué estás tratando de pasar cuentas? Olvidas acaso que la mulata era menor de edad... No fue a ti a quien enchironaron, sino a mí.. Porque la pasma no se anda con historias y aunque iban detrás de una partida de narcóticos, no les importó añadir en la cesta a un músico "pervertido". Por suerte el viejo Birdie Crull conserva sus contactos en las comisarías del este de la ciudad y pudo echarme un cable.
En cuanto a la francesa, buena jugada me hizo... La marca en el cuello no fue tanto para que la recordase durante su ausencia, como un medio de asegurarse de que no metía mano a ninguna otra durante su estancia en París... Es su modo sutil de alejarme de tentaciones, pues ninguna mujer puede querer acostarse con un tipo que lleva señalado el cuello por otra boca femenina... Por suerte, siempre me queda el saxo para consolarme...

Buddy

Pd.: Dime, ¿al final te acostastes con ella? ¿Es verdad que es tan salvaje la rubia del Manzini?

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